jueves, 23 de diciembre de 2010

El arte de insultar

Insultar, a pesar de lo que se pudiera pensar, es un arte. Hay que tener un tacto muy especial para poder insultar a alguien sin caer en lo vulgar.

Un insulto no solo afecta a la persona que lo recibe, también puede ser contraproducente para la persona ofensora ya que puede perder el respeto de la audiencia que se encuentre presente en el acto.

Cualquiera puede insultar. Cualquiera puede decir un “chinga tu madre”, “pendejo” o cualquier otro vituperio que se les pueda ocurrir en estos momentos, pero pocos, muy pocos, tienen la clase suficiente para poder ofender a alguien sin perder un solo gramo de integridad y de respeto.

Digamos que es insultar inteligentemente, y para poder insultar así se tiene que ser inteligente. En ocasiones no importa la cantidad de groserías que se digan, lo que importa es la forma y los ademanes que se expresen.

Les puedo asegurar que una persona que grita y pone cara de furia es tachada de loca y poco tratable.

El siguiente video muestra un ejemplo perfecto de cómo se puede insultar con clase. Disfrutemos y aprendamos.

Lo que usted acaba de decir es una de las cosas más increíblemente estúpidas que haya escuchado. En ningún punto de su divagante e incoherente respuesta estuvo siquiera cerca a algo que pudiera ser considerado como un pensamiento racional. Todos en esta sala son ahora más tontos por haber escuchado. No le otorgo punto alguno y que dios se apiade de su alma.
Película: Billy Madison
Actor: James Downey

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